¡Los colores parecían diluirse en esa lluvia intensa !...pensó Vincent...nervioso ,como siempre ,a las afueras de un café.
¿Y si desaparecen y me quedo con el prusia intenso de la noche?
Aún tengo a Théo...
Aún tengo a Arlés...
Aún tengo a mis mineros...
Los zapatos gastados, aún los guardo para cuando haga frío...y se alegró en silencio.
No estaba solo...tenía lo que más quería:
Su noche estrellada en el cielo.

para los que se asustan,
para los ratones.
...y veces para las mamás que mienten.
1 comentario:
aveces tan solo el cielo basta..
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